Equidad frente a igualdad


 

Hablemos de igualdad, no de equidad

Si queremos hablar de derechos humanos y del largo camino recorrido para reconocer los derechos de las mujeres, hay que hablar de igualdad y no de equidad.

2 de enero, 2017

 

Por: Jimena Soria (@jimesoria)

En 2016, los medios y las redes sociales en México estuvieron llenas de notas sobre discriminación y violencia en contra de las mujeres, como las historias que compartimos bajo el hashtag #Miprimeracoso previo a la marcha del #24A, el caso de Andrea Noel, las agresiones a Ana Guevara, los feminicidios en el Estado de México, los 27 testimonios que escuchamos en el Tribunal Simbólico sobre muerte materna y violencia obstétrica de GIRE, las burlas a la gimnasta mexicana Alexa Moreno por su peso, la violencia sexual e institucional que sufrió Citlali, y miles de historias más. Cada uno de estos casos ha generado, por un lado, más violencia y revictimización por visibilizarlos, y por el otro, una reflexión acerca de cómo México aún es un país profundamente machista y estamos muy lejos de tener igualdad de género.

Sin embargo, dentro de esa reflexión acerca de la falta de igualdad de género, en pocas ocasiones se habla acerca de una definición específica o de qué implica. Incluso, existe una confusión constante acerca de si lo que buscamos es igualdad de género o equidad de género. Esta confusión se ve reflejada en las notas sobre los casos mencionados previamente, en las cuáles se utilizan los términos de equidad e igualdad indistintamente.

De ahí que surjan preguntan como: ¿Son lo mismo? ¿Hay alguna diferencia entre una y otra? Si sí, ¿cuáles son estas diferencias? ¿Hay alguna que sea “mejor” que la otra?

Ante estas preguntas, la respuesta que ha predominado específicamente en América Latina es la de hablar sobre equidad como un concepto mucho más amplio que la igualdad. Esta visión se ve claramente reflejada en la imagen que muestra a tres personas en un campo de béisbol enfrente de una cerca. En el lado de igualdad se les pone una base de igual tamaño a todos. En cambio, en el lado de equidad se ponen las bases que cada quién necesita para ver a través de la cerca. En resumen: bajo esta visión, equidad significa darle a cada persona lo que necesita de acuerdo a su contexto, mientras que igualdad significa darle a todas las personas lo mismo.

 Sin embargo, esta postura y definiciones no son compatibles con lo que establece el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Sistema de Naciones Unidas, la CEDAW (Convención para la Eliminación de la Discriminación en contra de las Mujeres) y todos los instrumentos internacionales de derechos humanos, los cuales establecen que se debe hablar de igualdad de género siempre, y que el derecho humano que tenemos todas las personas es el de igualdad, no el de equidad.

A pesar de que hablar de por qué consideramos que se debe usar igualdad y no equidad podría parecer simplemente una discusión sobre terminología irrelevante, nos parece que es importante principalmente por cuatro razones:

  1. Por el Derecho a la igualdad y no discriminación

El derecho humano a la igualdad se encuentra unido al derecho a la no discriminación ya que, como establece Alda Facio, de acuerdo con el artículo 1° de la CEDAW y con la teoría de los derechos humanos sólo habrá igualdad cuando no exista ningún tipo de discriminación directa o indirecta contra las mujeres tanto en el ámbito privado como público.

En contraste, no existen criterios específicos para medir o evaluar objetivamente cuándo hay equidad ya que, de acuerdo con Onumujeres, “es un principio ético-normativo asociado a la idea de justicia que busca cubrir las necesidades e intereses de personas que son diferentes, especialmente de aquellas que están en desventaja, en función de la idea de justicia que se tenga y haya sido socialmente adoptada”. Por lo tanto, dependerá de la idea que cada quién tenga y no habrá un estándar específico, como en el caso de la no discriminación.

  1. Por la Obligación de los Estados respecto a la igualdad

Dentro del sistema de Naciones Unidas existen 8 órganos que supervisan la aplicación de los tratados de derechos humanos de los que los Estados son parte. Las obligaciones que los Estados tienen son respecto a la promoción, respeto, protección y garantía los derechos humanos que estos tratados reconocen; en este caso, el derecho a la igualdad y la no discriminación.

Específicamente hablando de la CEDAW, que es el instrumento internacional más amplio en materia de los derechos de las mujeres y que tiene un carácter vinculante para los Estados que la han ratificado, existe para los Estados una doble obligación tanto inmediata como progresiva respecto a eliminar la discriminación en contra de las mujeres en el ámbito público y privado, y asegurar la igualdad a través de la implementación de medidas judiciales, legislativas, administrativas o de cualquier otra índole que sean específicas y concretas. El cumplimiento de estas obligaciones es monitoreado por el Comité CEDAW a través de la emisión de observaciones y recomendaciones puntuales a los informes que presentan regularmente los Estados sobre sus avances en la implementación de la Convención para la Eliminación de la Discriminación en contra de las Mujeres.

Por su parte, no existe ninguna obligación internacional ni monitoreo respecto a la equidad. Asimismo, este concepto no exige la eliminación de las desigualdades y de la discriminación en contra de las mujeres ya que es un criterio subjetivo.

  1. Por la historia del término equidad

Resulta necesario hablar sobre el origen de la confusión entre los términos de equidad e igualdad. De acuerdo con este paper, el debate inició en los meses previos y durante la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer que se realizó en Beijing en 1995. Ahí, quienes inicialmente propusieron sustituir el término igualdad por el de equidad fueron el Vaticano, grupos fundamentalistas Islámicos y seguidores de éstos en América Latina. El objetivo de estos grupos era anular las obligaciones que tenían los Estados respecto a los tratados internacionales de derechos humanos sustituyendo este término por equidad. A pesar de que el término que prevaleció fue el de igualdad, este fue el inicio del uso de equidad por muchos grupos de la sociedad civil en América Latina.

Por lo tanto, dado que el origen del término equidad fue desde el ala conservadora y con el fin de atacar los derechos de las mujeres, utilizarlo refuerza la confusión sobre equidad e igualdad y anula las obligaciones de los Estados respecto a nuestros derechos humanos.

  1. Por la igualdad sustantiva

La igualdad sustantiva es un concepto que se encuentra definido en la Recomendación General N° 25 del Comité CEDAW y se refiere a que la obligación de los Estados respecto a la igualdad va más allá de la igualdad formal e incluye la necesidad de que las mujeres tengamos las mismas oportunidades desde un primer momento y dispongamos de un entorno que nos permita conseguir la igualdad de resultados. Por lo tanto, este concepto toma en cuenta el contexto de desigualdad del que las mujeres partimos siempre.

Puntualmente el concepto de igualdad sustantiva contrasta con la noción sobre equidad de la imagen de la cerca de la que hablábamos previamente, ya que en realidad igualdad sustantiva se refiere específicamente a lo que en ese dibujo es considerado como equidad. Por lo que la definición que hace referencia a la igualdad como un concepto que no toma en cuenta el contexto dentro de un marco de derechos humanos es errónea.

El concepto formal y legal de la igualdad puede parecer difícil, poco significativo y alejado, pero si queremos hablar de derechos humanos y reconocer el largo camino que desde el feminismo hemos tenido que recorrer dentro y fuera del sistema internacional para lograr el reconocimiento de nuestros derechos, necesitamos hablar de igualdad y no de equidad. Quizás puede ser un cambio simplemente simbólico, pero abona a la larga lucha que aún tenemos que dar desde nuestra trinchera y desde otras por los derechos de las mujeres.

Sigamos hablando sobre feminismo, sobre los casos de violaciones a derechos humanos de las mujeres, exigiendo justicia y señalando toda la discriminación que vivimos en la esfera política, económica, cultural, social y personal (entre muchas otras) y todo lo que nos falta para lograr IGUALDAD para todas.

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