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<<Las noticias falsas se propagan más rápido y alcanzan a más personas que las verdaderas, y en muchos casos no sabemos ni siquiera distinguirlas. Están diseñadas para colarse por los agujeros de nuestro entendimiento.
En 2016, justo antes de las elecciones presidenciales en
Estados Unidos, millones de personas compartieron en Twitter que Hillary
Clinton y su director de campaña tenían a niños encerrados como
esclavos sexuales en el sótano de una pizzería de Washington.
Un
tipo armado con un fusil asaltó la pizzería para salvar a los niños,
pero ni siquiera había un sótano. Por desgracia a día de hoy el 46% de
los votantes de Donald Trump creen que el pizzagate es cierto.
Las
'fake news' no es un chiste, son intencionadas. ¿El objetivo? Cambiar
la opinión pública, e influir en las eleciones democráticas. Se fabrican
en granjas de trolls y se distribuyen por Facebook, Twitter o WhatsApp,
donde hay poco control o responsabilidad sobre lo que se publica.
¿Qué podemos hacer? El único antídoto es el pensamiento
crítico. Pregúntate ¿Quién es la fuente? ¿En qué canal se distribuye?
¿Quién se beneficia de que la gente se lo crea? Piensa y haz pensar. Las
personas que han visto una mentira desmentida se vuelven mejores a la hora de reconocer otras mentiras.
Sobre todo, piensa antes de dar al botón de reenviar>>.